Actualmente, los expertos todavía no tienen muy claro cómo funciona nuestro cerebro, y mucho menos la memoria.

Nosotros tampoco tenemos esa información, pero existen algunos remedios que utilizaban nuestros abuelos para mejorar la memoria.

Uno de ellos, es comer castañas. El castaño proviene de Asia Menor, y lleva en la península ibérica como 100 años

Es mejor comerlas asadas o cocidas, ya que las castañas crudas son más indigestas,

a menos que se mastiquen muy bien, además, no se debe superar el número de 3 o 4 castañas diarias.

Si son asadas o cocidas, se pueden comer quince como máximo.

Las castañas además de mejorar la memoria, también son buenas para el desgaste físico,

ya que tiene propiedades tónico-vasculares, es decir son reconstituyentes y antiinflamatorias.

Es un alimento muy rico en proteínas, y beneficioso para la próstata, hemorroides o varices.

Aumentan el nivel de glucosa sanguíneo lentamente y de forma continuada,

lo que resulta fundamental para aquellos que quieren un aporte de energía continuado,

como, por ejemplo, los deportistas.

Sirve para controlar el peso ya que tiene efecto saciante.

Es un buen alimento para los diabéticos, si las consumen moderadamente,

ya que ayuda a que trabaje la insulina de manera más efectiva, también mejora de circulación sanguínea.

La castaña contiene mucha vitamina C que es antioxidante.

Por desgracia, se pierde entre un 30 y 40%, de esta vitamina, al cocerla o salarla.

100 g nos aportan en torno al 25% de las necesidades diarias.

Curiosidades de la castaña:

1. El 52% de las castañas es agua, es decir, que tiene muy bajo contenido calórico.
2. Son ricas en fibra,
3. Tienen un gran efecto laxante, debido a la presencia de fibra insoluble y taninos, y a la estimulación de los movimientos del tránsito intestinal, lo que favorece a las personas con problemas de estreñimiento.
4. Son diuréticas, y ayuda a bajar la tensión arterial.
5. Contiene proteínas de alta calidad.

Las castañas fueron muy importantes dentro de la alimentación en el sur de Europa, en el sudoeste y este de Asia y también en el este de Norteamérica.

Durante la Edad Media, en el sur de Europa, se utilizaban las castañas como principal fuente de carbohidratos.

Las castañas fueron consumidas por las comunidades que habitaban cerca de los bosques de castaños y tenían pocos cereales, llegando incluso a hacer pan.

Contiene varias vitaminas como la A, B1, B2, B3, B6 y vitamina C.

También minerales, como el calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio y zinc.

Podemos prepararnos un batido de tomate y pepino, muy sencillo y rápido,

pero a la vez revitalizante por la cantidad de vitaminas (vitamina C, folatos) y minerales (potasio, magnesio, fósforo) que contienen estos alimentos.

Si lo tomamos frío sirve para calmar la sed en verano, sin ingerir demasiadas calorías, más bien todo lo contrario.

Ya que su contenido en hidratos de carbono es muy bajo, por lo que tiene pocas calorías.

El jugo de tomate es:

-Antioxidante y depurativo, por lo que es muy bueno para el organismo,

ayuda en el funcionamiento del cuerpo y aumenta el sistema inmunológico.

Es un potente depurador, elimina los líquidos y esas toxinas que nos hinchan y hacen que nos sintamos pesados y cansados.

Tiene un índice calórico muy bajo, por eso se trata de un diurético excelente, que nos ayuda a quemar las grasas que tanto nos perjudican.

-Favorece el tránsito intestinal, ya que el tomate es muy rico en fibra y actúa como un laxante suave,

por eso ayuda en aquellos casos de estreñimiento.

-Es excedente para mejorar nuestra salud cardíaca, ya que es capaz de reducir el colesterol malo,

al mismo tiempo que ayuda en la circulación de la sangre, impidiendo la aparición de trombos.

-Es bueno para los diabéticos, porque controla la glucemia en sangre.

-Eleva las defensas, por lo que nos previenen de todo tipo de infecciones.

-Ayuda a tener una piel joven gracias al licopeno,

un pigmento muy rico en antioxidantes que retrasa el envejecimiento de las células y la aparición de arrugas.

-Alivia los dolores ocasionados por la artritis.

El pepino, también, tiene muchas propiedades y resulta mucho más beneficioso cuando se toma en forma de jugo de pepino.

Veamos sus propiedades nutricionales:

El pepino tiene muy pocas calorías debido a su bajo contenido en hidratos de carbono  y a su elevado contenido de agua.

Además, aporta pequeñas cantidades de provitamina A (beta carotenos),

luteína y otras vitaminas del grupo B, como niacina, tiamina, riboflavina.

Y contiene vitamina C.

Respecto de los minerales, el más abundante es el potasio, y en menor medida, tiene fósforo y magnesio.

-Proporciona sensación de saciedad, por lo que sirve para controlar el peso.

-El jugo de pepino, o cortado en rodajas, se usa de forma tópica para aliviar los problemas de la piel como dermatitis,

quemaduras e hinchazón de ojos.

-El jugo de pepino es lo mejor para mantener la piel sana y joven, ya que aumenta su elasticidad e hidratación.

-Otorga brillo al cabello. El jugo de pepino proporciona agua y nutrientes que hidratan el cabello,

desde la raíz a la punta, manteniéndolo sedoso y brillante en todo momento.

-Gracias a su contenido en vitaminas del grupo B y

a sus propiedades antioxidantes antiinflamatorias, el jugo de pepino aumenta las defensas, y favorece la función cerebral.

Cuando juntamos estos dos alimentos, el tomate y el pepino, potenciamos sus propiedades.

Es fácil preparar un zumo de tomate y pepino,

solo tenemos que seleccionar 3 o 4 tomates maduros (mejor sin pelar),

y un pepino, lo batimos, y listo. Podemos añadir el zumo de un limón y un poquito de sal, si así nos gusta más.

El zumo debe ser natural, y, a ser posible, tomarlo recién hecho, para poder aprovechar todas sus propiedades.