EL AJO – Beneficios y Contraindicaciones
La planta del ajo pertenece a la familia de las liliáceas, como la cebolla el puerro y las chalotas.
Se cree que el ajo es originario de Asia Central, y no llegó a Oriente Medio hasta hace unos cuatro mil años, aunque actualmente se cultiva en todo el mundo.
Está documentado su uso en la India y Egipto, en el tercer milenio a.C.
Históricamente, fue muy utilizado como remedio de diversas enfermedades, en la medicina griega, también, en la antigua Roma, mencionan sus propiedades Galeno, Plinio el Viejo y Dioscórides usándolo para tratar parásitos, problemas respiratorios o problemas de digestión.
En las antiguas civilizaciones, se usaba para reducir el cansancio, por eso lo tomaban los atletas en la antigua Grecia.
El ajo tiene cantidades importantes de minerales, como el manganeso, potasio, calcio, y selenio, de vitaminas como la B6, B5, B3, B2 y B1 y vitamina C, tiene pocas calorías, y es rico en polifenoles y otras sustancias antioxidantes.
Al machacar o masticar el ajo fresco el aminoácido azufrado aliína que contiene el ajo, se convierte en alicina, que es la que da al ajo su olor y sabor característicos.
Beneficios que proporciona el ajo:
-Alimenta a las bacterias intestinales beneficiosas, mejorando la salud en general.
-Controla la hipertensión y el ritmo cardiaco.
-Controla el colesterol LDL (el malo).
-Mejora la circulación sanguínea y aumenta la elasticidad de las arterias.
-Es un depurativo excelente, ayuda a eliminar toxinas de nuestro cuerpo y en la regeneración de la flora intestinal.
-Baja la fiebre.
-Mejora las infecciones del estómago.
-Es un buen expectorante, por lo que ayuda en los casos de asma, bronquitis aguda o crónica.
-Mejora y previene la arteriosclerosis.
-Tiene propiedades antisépticas, por lo que es un buen aliado para combatir el resfriado o la gripe.
-Aumenta el sistema inmunitario.
-Su uso en las comidas permite reducir la sal.
-El ajo combate las infecciones urinarias y los parásitos intestinales.
Para aprovechar mejor todas sus propiedades, los ajos deben consumirse frescos y crudos. Con 1 diente, o 2 dientes, si son pequeños, de ajo, al día, bastará para conseguir sus beneficios.
Es preferible partirlos o machacarlos en crudo media hora antes de añadirlos a la comida, para dar tiempo a que se forme la alicina, que es una de las sustancias más beneficiosas que contiene el ajo.
CONTRAINDICACIONES:
-No se debe tomar ajo en el caso de personas con problemas de coagulación de la sangre.
-Está contraindicado en el caso de estar tomando medicamentos anticoagulantes, como, por ejemplo, aspirina.
-No deben comerlo aquellas personas que sufren de hipertiroidismo.
-Tampoco, deben consumirlo los que se vayan a someter a una intervención quirúrgica.
Por lo general, el ajo es un condimento, que no puede faltar en nuestra cocina, tanto por el sabor que da a las comidas como por sus propiedades.
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