Nunca Imaginarías Cómo se Formó Esta Inmensa Montaña

Actualmente, generamos gran cantidad de basura y creemos que es algo propio de nuestra época, pero nada más lejos de la realidad.

En Roma, capital italiana, existe un monte aparentemente natural llamado Testaccio.

Sin embargo, se trata de una colina totalmente artificial, construida entre los siglos I y III durante el imperio romano.

Está formada por trozos de cerámica, y ocupa una zona de 20.000 m2 en su base, con una altura de 35 metros, aunque se cree que pudo llegar a ser mucho más alta.

Hoy día, este monte se encuentra cubierto de vegetación.

Tiene forma triangular, y está formado  por los restos de 53 millones de ánforas hechas pedazos, la mayoría de ellas habían sido usadas para transportar aceite de oliva.

En esa época Roma tenía alrededor de un millón de habitantes, y el aceite de oliva era muy consumido por los romanos, no solo para cocinar, también le daban otros usos,

Como, por ejemplo, para hidratar el cuerpo o como ungüento para curar heridas. En medicina se usaba para las úlceras, los cólicos o la fiebre.

También era muy apreciado como combustible para la iluminación, empapaban con aceite una mecha de fibras vegetales, como lino hilado o papiro, y así permanecía más tiempo encendida.

Los que hacían deporte en las termas se untaban el cuerpo con aceites antes de entrenarse en la palestra, o gimnasio. Así no solo protegían su piel del sol, sino que también la  hidrataban.

Era muy apreciado en la fabricación de cosméticos y perfumes.

A los difuntos se los ungía con ungüentos de aceites perfumados,

Era tanto el uso que hacían los romanos del aceite que tenían que importarlos de otros lugares.

Por lo que las ánforas del Monte Testaccio, eran originarios de diferentes países, el 80% del total de los aceites procedían de la Bética (situada en el sur de España), el 17% de la Tripolitania (en Libia), el 3% de la Galia (en Francia), también llegaban de otras regiones de la península italiana, e incluso se han documentado algunas ánforas orientales.

Todas ellas llegaban repletas de aceite hasta el puerto de Roma, allí se vaciaba su contenido y luego se rompían, ya que no les era rentable lavar el  envase y devolverlos a sus lugares de origen.

Según los investigadores, es muy probable que las transportaran enteras en animales de carga hasta el monte Testaccio, probablemente, en burros o mulas.

Una vez allí se rompían en pedazos y luego se esparcía cal sobre los recipientes para evitar malos olores.

Lo más curioso es que las excavaciones arqueológicas indican que no se trata de un basurero casual ni caótico, sino que se llevaron a cabo de una forma bastante disciplinada.

… (ver vídeo).

 

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